Tema | Comienzo de la emancipación americana |
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Evidencia | (not set) |
calificable? | (not set) |
Activo | 0 |
Propósito
PRIMERA CLASE
En el vídeo que encontraras a continuación explica como inicia la emancipación en hispanoamérica.
https://www.youtube.com/watch?v=XBfNm-X8hAM
SEGUNDA CLASE PROPÓSITO
Compara y explica la comparación de algunos hechos de la Revolución francesa con la realidad colombiana por medio de explicaciones orales o escritas.
a) Objetivo(s) de la clase: - Relacionar hechos históricos con la realidad nacional.
b) Actividades: - Hacer un cuadro comparativo.
TERCERA CLASE
a) Objetivo(s) de la clase: - Analizar la realidad nacional a la luz de las reformas napoleónicas. b) Actividades: - Escrito argumentativo.
Motivación
PRIMERA CLASE
La emancipación de Hispanoamérica entró en su fase inicial en 1810, cuando se formaron distintas juntas revolucionarias y se depuso a gobernantes españoles.
https://www.youtube.com/watch?v=EPzeaiL4tyQ
SEGUNDA CLASE Tema: La Revolución francesa: desarrollo
https://www.youtube.com/watch?v=ttdq818TGD0
https://www.youtube.com/watch?v=DUqg1ALdY7w
https://www.youtube.com/watch?v=9vpBCBFf57I
TERCERA CLASE
https://www.youtube.com/watch?v=m_sjJnDpEDg
https://www.youtube.com/watch?v=849uunWs-_4
Explicación
PRIMERA CLASE
Tema : Procesos de independencia en Norteamérica y Latinoamérica
Los historiadores han coincidido en que la independencia de las trece colonias que había instaurado Inglaterra en Norteamérica están relacionadas con la guerra entre Francia y Gran Bretaña, conocida como la guerra de los Siete Años que se llevó a cabo entre 1756 y 1763, en la cual además del ejército británico participaron los colonos, quienes apoyaron a su “madre patria” con soldados, pertrechos, comida y dinero para la guerra. Una vez firmado el tratado de París en el cual Francia acepta retirarse de sus colonias en Norteamérica, especialmente de las zonas que hoy pertenecen a Canadá, Inglaterra queda como única potencia. Entre los acuerdos estaban el respeto a las comunidades cristianas francesas que quedaban en la región de Quebec, las cuales veían con rivalidad a los habitantes de las trece colonias, debido tanto a su origen Inglés como a su religión protestante; por su parte, los colonos ingleses veían con menosprecio y desdén a sus vecinos.
Sin embargo, tras la guerra se presentaron unas contradicciones entre las trece colonias e Inglaterra porque la metrópoli estableció una gran cantidad de impuestos, considerados en América como absurdos y elevados. Esta situación generó gran malestar entre los colonos, quienes enviaron al Parlamento Inglés su inconformismo y solicitaron participación directa en las decisiones que se tomaran en adelante; los colonos argumentaron que si ellos aportaban riqueza a su madre patria, tenían el derecho de gozar de participación política en el Parlamento.
La respuesta que recibieron los colonos a sus reclamos fue un mayor autoritarismo y un silencio total frente a su solicitud de partición política, que fue considerada como una locura inaceptable por el máximo estamento político de la metrópoli.
Estando así las cosas, aumentaron los descontentos, las reuniones y las ideas de una independencia que les permita a los habitantes de las trece colonias decidir su rumbo. En este sentido, en 1774 se organizó el Primer Congreso de colonos contra la dominación inglesa y un año más tarde, en 1775 se celebró el Segundo Congreso que cerró con la proclamación de un gobierno temporal y la organización de un ejército en cabeza de George Washington.
Leyes de ordenanza
El siguiente cuadro cronológico muestra una serie de leyes de ordenanza que llevaron a un deterioro de las relaciones entre la metrópoli y sus colonias en Norteamérica.
Entendemos por… Pertrechos: son armas, municiones, y uniformes para los soldados. Protestantismo: corriente religiosa cristiana inspirada por Lutero y luego por Calvino, que promueven que la religiosidad debe partir de la lectura y el cumplimiento de las escrituras (biblia) por parte de los fieles.
La guerra de independencia de las colonias inglesas
En las trece colonias se vivía un ambiente de aversión hacia los ingleses, del cual Boston era el centro de las acciones. Allí, en 1773, se llevó a cabo el llamado motín del té, que fue una gran protesta que se presentó en contra de los altos impuestos. En dicha protesta, los colonos se tomaron unas naves que habían llegado procedentes de Inglaterra, cargadas con té y echaron la mercancía al mar. Dos años más tarde, cerca a Boston, en la ciudad de Lexington, se inició la guerra de independencia, cuando los colonos se lanzaran a tomar un depósito de armas ubicado en la ciudad de Concord y son enfrentados por el ejército Inglés. En la refriega suena un disparo que dará comienzo al conflicto armado.
La guerra duró seis años de fuertes enfrentamientos, en los cuales el improvisado ejército independentista sufrirá duros golpes, pues carecía de entrenamiento y estrategia militar, frente a su enemigo el poderoso ejército inglés, disciplinado, entrenado y temido.
La guerra de independencia estadunidense tomó visos internacionales toda vez que entraron a participar los ejércitos franceses, españoles y alemanes. Desde el primer congreso de colonos, en 1774, la idea de independencia fue apoyada por los franceses, luego por lo españoles.
Desenvolvimiento del conflicto
Francia dio, en un comienzo, ayuda económica a las trece colonias; luego envió tropas para apoyar al ejército rebelde. De esta manera, generales franceses como Laffayet fueron fundamentales en la estrategia militar y el entrenamiento de los colonos. Ten en cuenta que el ejército de las trece colonias estaba compuesto por granjeros, artesanos, comerciantes, tenderos, es decir, por personas sin conocimiento militar, por lo cual la participación francesa en el conflicto, con ejércitos profesionales fue de gran importancia. A pesar que Washington y los demás generales pensaron en realizar una guerra frontal, la debilidad de su ejército los condujo en la mayoría de las ocasiones a la guerra de guerrillas. En el caso de los soldados alemanes, participaron en calidad de mercenarios contratados por la metrópoli inglesa; por su parte, España se limitó a algunas ayudas económicas y a no permitir el ingreso de tropas inglesas a los lugares gobernados por ellos (norte de México).
Luego de muchas derrotas y pocas victorias para los colonos, la situación comenzó a cambiar gracias a los sucesos de octubre de 1777 en la zona conocida como Saratoga, al norte del Estado de Nueva York, en donde el ejército inglés luego de fuertes combates y ante el triunfo inminente de los independentistas se rindió; noticia que subió la moral de los colonos e invirtió los acontecimientos de la guerra. De ese momento en adelante los ejércitos rebeldes comenzaron a tener victorias importantes.
La derrota militar a Inglaterra y la consecuente expulsión de sus ejércitos, en especial, los temidos casacas rojas, llegó en 1781 con el sitio a Yorktown por parte del ejército de la unión, en la cual los ingleses derrotados aceptaron la independencia de los Estados Unidos.
La Constitución
En medio de la guerra, el 4 de julio de 1776, en una reunión de representantes de las trece colonias (56 congresistas) se decidió aprobar la Declaración de Independencia, inspirada por Thomas Jefferson y otros colaboradores que consagrará a los Estados Unidos como nación libre y soberana.
El 2 de julio de 1776, dicho Congreso ya había afirmado que las “Colonias Unidas son, y por derecho deben ser, estados libres y soberanos», este fue el paso final para la declaración de independencia inspirada en los principales pilares de la ilustración: la dignidad y los derechos humanos, por lo cual proclamaron que “que todos los hombres nacen iguales, y poseen ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. Antes de la declaración de independencia la nación integrada por las trece colonias se hacía llamar el Estado de la Unión.
Una vez alcanzada la independencia se inició el camino hacia el desarrollo que llevó a los Estados Unidos a convertirse en poco tiempo en una de las potencias más importantes del mundo. Este gran logro fue posible gracias a varios elementos, iniciando con el espíritu de la misma Declaración de Independencia, que fue inspirada como se ha dicho en los preceptos de la ilustración combinada con algunos principios del protestantismo, que los llevarías a soñar con una nación en donde el trabajo fuera el camino para el enriquecimiento.
En busca de la unión
Desde el inicio del proceso de independencia, los ciudadanos y sus gobernantes tuvieron claro un objetivo común: el engrandecimiento de la nación. Situación contraria sucedió en América Latina, en donde la independencia tenía un solo objetivo: la separación de España para darle el poder a los criollos, quienes a su vez pensaban sólo en sus intereses individuales, por lo cual, el sueño de Bolívar de una América unida tan sólo duró once años.
Pese a la gran cantidad de contradicciones y de intereses que existían en cada una de las trece colonias, sus líderes desde un principio comprendieron que la única forma de lograr tanto la independencia como el desarrollo del país, era organizar un Estado único, anteponiendo los intereses de la nación, sobre los intereses individuales.
De igual forma, se propusieron llevar a la práctica los postulados de su Constitución. Por esto, los primeros ciudadanos estadunidenses estaban comprometidos con la libertad y la igualdad jurídica de los ciudadanos. Así mismo, una vez lograda la independencia el Congreso de los Estados Unidos comenzó a trazar los proyectos y a tomar las medidas pertinentes para lograr el desarrollo.
SEGUNDA CLASE La Revolución francesa: Régimen del Terror y logros políticos
Francia era un país que estaba siendo sacudido por el cambio. La Revolución tenía cada vez más eco en las capas menos favorecidas de la sociedad francesa, cuya desigualdad era devastadora. Hordas de campesinos inconformes y con ansias furiosas de cambio atacaban violentamente las propiedades de la nobleza. En el verano de 1789, apenas unos meses antes de la Marcha de las mujeres, algunos nobles y miembros de la Iglesia, que para entonces eran miembros de la Asamblea Nacional, respondieron a las sublevaciones en una reunión muy emotiva que duró toda la noche. Era el 4 de agosto de 1789 y motivados más por el miedo a perder la vida que por la creencia genuina en la Revolución, algunos grupos de nobles pronunciaron elocuentes discursos a favor de la libertad: declararon su afinidad con los principios revolucionarios y juraron creer en la equidad. Se unieron a la Asamblea Nacional para abolir los privilegios feudales de los dos primeros Estados: para el amanecer del 5 de agosto, el Antiguo Régimen había muerto.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
Tan solo tres semanas después, tuvo lugar otro de los actos revolucionarios más significativos y determinantes de este momento de la historia: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Inspirados una vez más por los filósofos ilustrados y reflejando una clara influencia de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, la Asamblea Nacional redactó un documento en el que se afirmaba que “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. ”De acuerdo con esta Declaración, los derechos fundamentales de los hombres son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Este documento no solo aseguraba desde este momento la igualdad sino que garantizaría a los ciudadanos derechos tan importantes como la equidad en la administración de justicia, libertad de expresión y de culto, entre muchas nuevas reivindicaciones. A partir de entonces, la ley fue la expresión de la voluntad de la comunidad; nadie podría volver a ostentar un poder que no viniera otorgado por el pueblo mismo. La Revolución y sus principios se consumaron para hacerse realidad en la nueva forma de gobierno. La Declaración de los Derechos del Hombre tuvo y tiene una trascendencia inconmensurable para dar voz a los oprimidos, llenar de fuerza al constituyente primario y limitar autoritarismos absolutos e injustos. Esto cambiaría la vida política francesa y la del resto del mundo, que inspirado por la Declaración, la adoptaría como parte de los principios que regirían muchos estados.
De conformidad con lo propuesto por la Declaración, los líderes revolucionarios adoptaron la frase “libertad, igualdad y fraternidad” como su lema, grito que se escuchó por toda Francia y luego por el mundo. Aunque inspiradoras y revolucionarias, el lema y la Declaración no aplicaban a todo el mundo. La escritora Olympe de Gouges publicó una declaración similar de derechos de las mujeres, pero sus ideas fueron rechazadas y posteriormente fue declarada enemiga de la Revolución y ejecutada.
Muchas de las reformas que emprendió la Asamblea Nacional se centraron en la Iglesia. Las tierras del clero fueron confiscadas y se decidió que todos los oficiales de la Iglesia debían ser elegidos y pagados como oficiales del Estado. Así, la Iglesia, hasta ese momento suprema y poderosa, perdió tanto sus tierras como su influencia e independencia política. La Asamblea adoptó decisiones radicales, motivada principalmente en consideraciones económicas: con la venta de las tierras de la Iglesia se pagó un alto porcentaje de las antiguas deudas de Francia. Esta decisión resultó una política inteligente, estaba de acuerdo con los principios más radicales de la Revolución y fue un gran desahogo financiero. No obstante, la mayoría del campesinado francés era católico devoto, y la idea de que la Iglesia pasara a ser parte del Estado les ofendió profundamente. Aún simpatizando con las ideas ilustradas, muchos campesinos se opusieron a las reformas de la Asamblea.
Mientras la Asamblea ponía en marchas sus reformas sobre la Iglesia, el rey Luis XVI y su familia se sintieron en peligro por ser abiertamente católicos. Intentaron huir a la Holanda austriaca. Justo cuando estaban a punto de cruzar la frontera, fueron interceptados por revolucionarios, arrestados y traídos de vuelta a París bajo estricta vigilancia. Este intento de escape del rey solo aumentó la desconfianza de sus enemigos y determinó su destino.
Las deliberaciones de la Asamblea Nacional para producir una nueva constitución duraron casi dos años, pero para 1791, los delegados habían logrado ponerse de acuerdo sobre grandes cambios políticos. El rey aceptó de mala gana esta nueva constitución que creaba una Monarquía Constitucional y le quitaba la mayoría de sus poderes como monarca absoluto; su autoridad ya no provenía de Dios sino que debía estar sujeta a las decisiones del pueblo. Se creó entonces la Asamblea Legislativa. Este nuevo cuerpo tenía el poder de crear leyes y aprobar o rechazar declaraciones de guerra, poderes que antes solo tenía el rey y que habían llevado a Francia a profundas crisis. No obstante, el rey aún tenía poder ejecutivo. A pesar de que la nueva asamblea estuviera haciendo todo lo posible por establecer nuevas reglas de gobierno, los viejos problemas de Francia prevalecían: la escasez de comida y la deuda pública seguían afectado al pueblo. Para tratar de resolver los problemas, los miembros del Legislativo tomaron posiciones muy divergentes. Un grupo, los Radicales1 (quienes casualmente se sentaron a la izquierda de la sala de reunión) proponía soluciones que iban en contra de toda idea de monarquía y querían profundos cambios sociales y políticos. Los Moderados2 (quienes se agruparon en el centro del salón) proponían soluciones menos radicales y los Conservadores3 (sentados hacia la derecha) creían que debía haber pocos cambios y que la monarquía debía prevalecer. De este hecho nace la idea moderna de centro, derecha e izquierda para denominar las tendencias ideológicas de los partidos políticos.
Sumándose a estas facciones, aunque por fuera de la Asamblea Legislativa, había dos importantes grupos de personas que buscaban influenciar las decisiones; se trataba de los Émigrés, nobles y personas ricas que habían huido de Francia y buscaban que se restableciera la monarquía y con ella todos los privilegios de la nobleza que les habían sido arrebatados por la Revolución. En contraprestación, estaban los sans-culottes, trabajadores y artesanos parisinos que buscaban poner en práctica todas las ideas revolucionarias, incluso las más radicales.
La situación política se enardecía con bandos claramente definidos. Como era de esperar, los países vecinos de Francia, quienes tenían como gobiernos monarquías absolutas, tenían miedo de que las ideas revolucionarias se esparcieran y fueran destronados. Austria y Prusia, por ejemplo, le pidieron directamente a la Asamblea Legislativa que le restituyera el poder al rey Luis XVI. La respuesta de la Asamblea fue declarar la guerra en abril de 1792. La guerra no empezaba bien para Francia, los ejércitos prusianos avanzaban hacia París, el comandante Prusiano amenazó con destruir París si el rey no volvía a tener autoridad. Los parisinos, furiosos ante la amenaza, entraron al palacio de las Tuillerías, donde el rey y su familia estaban bajo custodia, masacraron a los guardias y apresaron la familia real. Corría el mes de septiembre y el pueblo francés, temiendo represalias de los nobles, masacraron a cualquier simpatizante de la nobleza o de la monarquía. Mataron casi 1000 de estas personas que ya estaban encarceladas por oponerse a la Revolución. Bajo tanta presión social, la Asamblea Legislativa decidió abolir la nueva constitución, deponer al rey y llamar a elecciones para elegir un nuevo cuerpo legislativo que se llamó la Convención Nacional. Esta Convención acabó rápidamente con la idea de monarquía constitucional y declaró Francia una República4 .
La mayoría de los miembros de esta Convención Nacional de 1792 hacían parte de una organización política radical: el Club Jacobino. Uno de los miembros más prominentes de este grupo era Jean-Paul Marat (1743-1793). Durante la Revolución, Marat publicó un periódico llamado “El amigo del pueblo”; en sus feroces editoriales, llamaba a morir a todos aquellos que apoyaran al rey. Los escritos de Marat daban sustento ideológico a los más radicales. Detenido y tratado como un ciudadano del común, el rey fue acusado de traición al pueblo francés. La Convención lo halló culpable por un voto y fue sentenciado a muerte. El 21 de enero de 1793, el antes monarca absoluto de Francia, caminó con digna calma hacia su muerte por decapitación en la guillotina (aparato que dejaba caer una pesada cuchilla sobre la nuca del condenado quien moría en el acto ).
Francia no solo tenía en su contra los ejércitos monárquicos de Europa, sino que los Jacobinos se convirtieron en enemigos dentro de Francia: por un lado, los campesinos horrorizados por la decapitación del rey; por otro, los sacerdotes que no aceptaban el control gubernamental, y por último, líderes internos que peleaban por más poder. La política se centró entonces, en controlar a los enemigos de la Revolución. Desde las filas Jacobinas más radicales, surgió un líder para la tarea: Maximilian Robespierre, quien proponía una “República de la virtud”. Esta República sólo se construiría, según él, borrando toda existencia del pasado francés. Para esto cambió el calendario dividiendo el año en 12 meses de 30 días en el que no existían los domingos pues los radicales consideraban la religión como algo anticuado. Pronto comenzaron a cerrar las iglesias de París y de toda Francia. Para Junio de 1793 Robespierre era el líder del Comité de Seguridad Pública y gobernó Francia como un dictador: el periodo de su mandato fue tan cruel que se conoce como El Régimen del Terror. La tarea principal de este comité era defender la Revolución de todos sus enemigos. Era tan “eficiente” que los denominados “enemigos” eran juzgados en la mañana y ejecutados en la guillotina esa misma tarde. Robespierre justificaba el uso del terror diciendo que esto fortalecía a los franceses para permanecer fieles a la Revolución. Según él, el terror “es una acción en defensa de la Virtud, al objeto de defender el bien público”.
Quienes eran considerados “enemigos de la Revolución” eran incluso radicales como él, pero que cuestionaban su autoridad. Muchos de los grandes gestores de la Revolución fueron a la guillotina: su único crimen era ser considerados menos radicales que Robespierre, el “Incorruptible”. No solo prominentes revolucionarios fueron asesinados: la misma María Antonieta (viuda del rey) y hasta un joven de 18 años quién había talado un árbol que había sido plantado como símbolo de la libertad perdieron la vida en la guillotina. Durante el Régimen del Terror, fueron guillotinadas alrededor de 40.000 personas en la hoy llamada Plaza de la Concordia, mientras el pueblo vitoreaba con cada cabeza que rodaba.
En julio de 1794, algunos miembros de la Convención Nacional, temiendo su destino, se alzaron contra Robespierre. Demandaron su arresto y ejecución. El 28 de julio de 1794, Robespierre fue guillotinado. El Régimen del Terror había terminado. Con el fin del terror salió de nuevo a flote la inconformidad popular. En 1795 un grupo de líderes Moderados de la Convención Nacional crearon un nuevo plan para volver a reformar la política francesa. El plan puso el poder en manos de las clases medias altas y llamó a la creación de un órgano legislativo bicameral y a un poder ejecutivo conformado por cinco hombres que denominaron el Directorio. Los miembros del Directorio eran moderados, no idealistas revolucionarios. Algunos eran corruptos y se hicieron ricos a expensas del dinero público. A pesar de ello, le dieron al país unos breves años de orden después del caos de la Revolución y el Terror. El Directorio también encontró al general perfecto para comandar a los ejércitos franceses: Napoleón Bonaparte.
TERCERA CLASE
Reformas de Napoleón Administración pública: Aunque había una constitución, Napoleón ejerció la autoridad casi absoluta, apoyado por el ejército quien veía en él un auténtico héroe. Instituyó un gobierno centralista: las decisiones tenían que ser consultadas a París, sede del poder imperial. Era él quien escogía y destituía a su antojo los funcionarios con gran poder a nivel nacional, departamental y local. Era él quien tenía la iniciativa de las leyes que él mismo promulgaba. Napoleón, gran admirador del Imperio Romano, pretendió reconstruir las glorias de ese imperio mientras que gobernó en Francia. Consiguió restablecer la estabilidad política en Francia y fomentó la creación de una infraestructura que favoreciera los intereses de la clase burguesa.
A la cabeza del gobierno estaba el Consejo de Estado, creado por el primer cónsul y presidido por él. Servía como cuerpo legislativo y judicial. El mismo emperador nombraba los miembros del Senado y el número de ellos era ilimitado. La Asamblea, sujeta a los deseos de Napoleón, nombraba a los miembros del Tribunado (encargado de estudiar los proyectos de ley elaborados por el Consejo de Estado) y del Cuerpo Legislativo, que no discutía los proyectos sino que se limitaba a aprobarlos o no. El sufragio universal continuó, pero carecía de poder de decisión y en todo caso, los elegibles a las asambleas sólo podían ser escogidos de una reducida oligarquía adinerada. Esto distaba del primer sufragio universal donde había millones de elegibles. Como si fuera poco, la realidad era que los nombramientos más importantes los decidía el primer cónsul quien después se coronó emperador. Estas prácticas muestran cómo Napoleón destruyó el parlamentarismo revolucionario, pues las decisiones quedaban sometidas a sus deseos. Y sin embargo, tanto Napoleón como las asambleas, eran hijos de la Revolución. ¿Cuál fue la posición de los franceses ante tanta arremetida dictatorial? El pueblo se sometió a Napoleón, pues era él quien había logrado estabilizar a Francia. Autorizó el regreso de personas que hubieran salido de
Francia durante los años del caos y la incertidumbre. Entonces, ¿dónde quedaban las libertades sagradas de la Revolución francesa, por ejemplo, la libertad de prensa? Todas ellas habían perdido fuerza. La censura1 era muy sensible porque buscaba impedir que la prensa influyera las mentes de los ciudadanos. Había vigilancia en muchos escenarios, incluidos los espectáculos públicos y las escuelas, verdaderos centros de pensamiento y reflexión. Los derechos de reunión y de asociación ni siquiera estaban contemplados: la policía los prohibió, argumentando que la situación política del país no era propicia2 .
La revolución napoleónica traicionó los derechos proclamados por la Revolución francesa: para este nuevo régimen, las libertades no eran indispensables. En el imperio napoleónico, cada ministro trabajaba directamente con el emperador, pues él detentaba todo el poder. Los ministros debían ocuparse únicamente de ser supervisores y cerciorarse que las leyes emanadas del alto mando se cumplieran. Tal era la cantidad de trabajo de cada ministro, que se creó el cargo de Consejero de Estado.
Cada uno estaba al frente de alguna Dirección General: correos, forestal, renovación y conscripción militar, provisiones y víveres militares y minas. Es importante recordar que el ejército francés (Grande Armée) le había dado grandeza y prestigio a Napoleón, por lo cual este se convirtió en la institución más protejida por él. A la cabeza de los departamentos estaban los prefectos3 quienes aplicaban las leyes y respondían al gobierno nacional centralizado, pues estaban subordinados directamente a Napoleón. En 1804 había 106 departamentos: unos creados tiempo atrás en las provincias del Antiguo Régimen y otros nuevos creados en Bélgica, Luxemburgo, Saboya, Niza, el Piamonte y Ginebra, lugares conquistados por el emperador.
Napoleón reorganizó estos departamentos para que se ajustaran a la realidad del momento. Organizó un sistema unificado y racional (Napoleón era hijo de la Ilustración) de impuestos y finanzas e hizo un censo de propiedades. Había funcionarios especiales para recoger los impuestos. Estabilizó el franco y pagó la deuda nacional. Inclusive creó del Banco de Francia, la Bolsa de Valores y las Cámaras de Comercio. Como el Estado estaba organizado según una jerarquía, los de mayor rango nombraban a los funcionarios subalternos de estas entidades por meritocracia .
En cuanto al manejo de dineros públicos, Napoleón era incorruptible; prohibió a los funcionarios despilfarrar el dinero público en fiestas. Redactó el Código del Comercio para que todos conocieran sus derechos y deberes cuando de comerciar se trataba. Anuló para siempre los arriendos perpetuos y los derechos señoriales; los diezmos5 quedaron suprimidos. En el comercio se consolidó el laissez-faire6 aunque se permitían los monopolios7 . Las tierras en las que había minas se convirtieron en propiedad perpetua, prácticamente reservada a la gran empresa: el campesinado fue el grupo social más perjudicado. En cuestiones laborales, se prohibió la coalición de obreros y de patrones, pero quien osara formar parte de una agrupación era castigado y si era obrero, el castigo era más fuerte. Napoleón también se ocupó de la infraestructura del país, ampliando carreteras, alzando puentes, construyendo canales y abriendo puertos. No podían faltar edificios y monumentos como el Arco del Triunfo, recordando el Arco de Constantino del Imperio romano.
A este Arco llegaba desfilando por la Avenida de los Campos Elíseos de 2 kilómetros de largo, la Grande Armée después de sus triunfos militares, así como lo habían hecho los ejércitos romanos de la antigüedad. Al fin y al cabo, los pueblos se emocionan de ver a sus tropas triunfantes en su momento de gloria. En cuanto al estamento militar, Napoleón hizo una reforma muy cuidadosa. A las fuerzas armadas se ingresaba por conscripción, pero se podían reemplazar sustitutos. Existía la posibilidad de ascender por meritocracia. Creó la Academia St Cyr para educar oficiales que eran hijos de burgueses. Por su parte, el Ecole Polytechnique graduaba oficiales de artillería e ingenieros. Napoleón no se interesó por la fuerza naval sino por un ejército que se pudiera desplazar rápidamente. Derecho y jurisprudencia: Por medio de varias leyes se crearon el código civil, el código de procedimiento civil, el Tribunal del Trabajo, el Tribunal de Casación (decide si un veredicto fue dictado de acuerdo a la ley), el código del comercio y el código penal.
Recordemos que uno de los grandes aportes de la civilización romana fue el derecho y que Napoleón quería revivir en Francia la grandeza de ese imperio de la Antigüedad. Antes de Napoleón, el código civil era un obstáculo para la administración pública pues había leyes y tradiciones que se contradecían entre sí; es decir, que eran inaplicables. Por este motivo, Napoleón redactó un nuevo Código Civil (1804) para garantizar la convivencia en paz de los ciudadanos. Las mismas leyes civiles comenzarían a aplicarse para toda la República Francesa.
Exponían los grandes logros de la Revolución francesa: libertad individual, libertad de trabajo, libertad de conciencia, igualdad frente a la ley, protección de la propiedad privada y abolición del régimen feudal. Ya no habría más nobleza hereditaria; todos los hijos tendrían igual derecho a la herencia (no sólo el mayor). Los padres eran vistos como los directos responsables del mantenimiento de sus hijos y se obligaba a la paternidad responsable: los padres tendrían que reconocer a sus hijos. El código civil apoyaba la institución del matrimonio civil y permitía el divorcio. Desapareció la causa de incompatibilidad de caracteres para el divorcio al igual que el consentimiento mutuo después de haber convivido 20 años o más. Había derechos limitados para la mujer.
El nuevo código penal de 1811 consagraba en materia de incriminación8 y arresto, los principios de la Declaración de los Derechos del Hombre. Un acusado era inocente hasta tanto se comprobara su culpabilidad (a diferencia del sistema anglosajón según el cual un acusado es culpable hasta tanto compruebe su inocencia). Ya no habría más penas arbitrarias sino penas fijas, aunque el juez tenía mucha posibilidad de juzgar según su apreciación. Así como en lo legislativo, el emperador gozaba de poder supremo para manejar la justicia a su arbitrio. Lo que más cambió fue el sistema judicial: hasta ese momento, los jueces eran elegidos: ahora serian nombrados y no se podían remover del cargo. La policía se fortaleció.
El código napoleónico sirvió de modelo para Europa. Concordato9 de 1801 Fue acordado en Marzo de 1801 entre la Francia revolucionaria bajo Napoleón y la Santa Sede bajo la dirección del Papa Pío VII. Napoleón estaba convencido de que para consolidar la Revolución francesa era necesario llegar a un acuerdo y reconciliación con la Iglesia Católica, pues según él la gente necesitaba una religión. El Papa había discrepado10 de la Revolución desde el momento en que la Asamblea Nacional a través de la constitución civil del clero, confiscó las tierras controladas por la Iglesia y las convirtió en un departamento del Estado francés y a su vez rechazó toda autoridad del Papa sobre el funcionamiento interno de la República Francesa. Napoleón acuerda lo siguiente con el Papa a partir de 1801:
• El catolicismo es la religión de la mayoría de los franceses; sin embargo, no es la religión oficial del Estado, el cual permite la tolerancia religiosa a los judíos y protestantes.
• El Papa admite la libertad de cultos y el carácter laico del Estado.
• Es prohibido publicar catecismos sin previa autorización del Estado.
• Obliga a los religiosos a jurar fidelidad al primer cónsul no al Papa.
• El Estado paga un salario clerical y el clero jura lealtad al Estado.
• La Iglesia renuncia a reclamar las tierras confiscadas durante la revolución.
• El Papa reconoce la República Francesa y pide a los obispos renunciar: a partir de entonces, se permitió al primer cónsul de la republica nombrar a los obispos, arzobispos y el papa concede la investidura canónica11 (de la Iglesia Católica). Nota: No todas las comunidades católicas francesas aceptaron el Concordato y se convirtieron en La Petite Église (la pequeña iglesia). Reforma educativa: Desde el principio, Napoleón tuvo claro que la educación era la piedra fundamental de una sociedad y que ésta tendría éxito si la preparación en la educación era adecuada. Por consiguiente, Napoleón sentó las bases de un nuevo sistema centralizado de educación pública (un servicio esencial del Estado) y seglar12 basado en los mejores elementos tomados del Antiguo Régimen, las ideas de la Ilustración y la Revolución francesa en sí pues, según él, el fin primordial de la educación era establecer una sociedad bien educada y competente que garantizara la prosperidad del país. Esto tiene que ver con la manera en que se mire al individuo: ¿debe él vivir en función del Estado (es decir, para servirle y ser una ficha más dentro del andamiaje de la sociedad)? o ¿debe el Estado existir para el bien del individuo? El francés se convirtió en la única lengua oficial de la nación: esto facilitaba la enseñanza a quienes vivieran en Francia. Dejó la educación primaria en manos del clero de avanzada que había apoyado la revolución y subsidió con dineros del Estado la educación secundaria.
Napoleón abrió 4.500 escuelas públicas, 750 secundarias y muchas instituciones tecnológicas; otorgó 6.000 becas (una tercera parte por méritos de los padres). Abrió 45 instituciones de educación pública denominadas liceos que ofrecían exactamente la misma educación estandarizada en todo el país, como sucede hoy en día en los liceos franceses a nivel mundial: no importa en cuál país se encuentre el estudiante, todos ven los mismos temas si están en un mismo curso.
En la época de Napoleón, todos los alumnos debían estudiar las ciencias, arte, música y los idiomas clásicos como el latín. La materia de la religión no predominaría, como había ocurrido en el Antiguo Régimen y sería utilizada para procurar la estabilidad social. Napoleón brindó atención especial a los centros de estudios avanzados como la Escuela Politécnica que se dedicaba a la investigación científica y militar. Este nuevo sistema educativo exigía una disciplina estricta (prácticamente militar) y otorgaba becas a los estudiantes más sobresalientes. Este tipo de educación, libre de las cadenas de la Iglesia, mostró extraordinarios resultados por lo que fue imitado por el resto de los países europeos. La revolución de Napoleón regresó a la Revolución Institucional pero la limitó y la consolidó. Llevaba el sello inconfundible de un hombre extraordinario, de un déspota13 que gobernó por medio de la victoria. Mientras que ganara batallas, podría imponer su visión de gobierno. Napoleón volvió la Revolución francesa una revolución pragmática14 dejando de lado la filosofía que la inspiró. Los lemas de Napoleón fueron Igualdad, Autoridad y Tecnicismo.
Ejercicios
PRIMERA CLASE
Aplico mis conocimientos
1. ¿Qué contradicción consideras que se generó en España y en las colonias españolas cuando se supo que la Corona española estaba apoyando la independencia de las colonias inglesas?
2. ¿Cuáles son las razones más fuertes que impulsan a las trece colonias inglesas a iniciar el proceso de independencia?
PREGUNTAS SEGUNDA CLASE
1. ¿Cree que los Jacobinos tenían razón al usar el terror para garantizar el éxito de la Revolución y sus ideas? Sustente su respuesta.
2. ¿Cree que los escritores deben ayudar u oponerse a los asuntos políticos de un país? Sustente su respuesta.
3. ¿Por qué fue tan importante la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano?
4. ¿Si tuviera que escoger uno de los Derechos de la Declaración como el más importante, cuál escogería y por qué?
5. ¿Cree que en Colombia se aplican los principios de la Declaración de los Derechos del Hombre?
6. ¿Cuáles derechos cree que son los que menos se aplican en el Chocó?
TERCERA CLASE
1. ¿Es más adecuado ajustar los hechos a la ley o la ley a los hechos? Sustente su respuesta dando ejemplos de la vida real.
2. ¿Qué ventajas tiene un gobierno centralista versus uno federalista (con el poder diseminado en varios sitios de la nación)? Dé ejemplos concretos de la realidad.
3. ¿Cuál es la diferencia entre un código civil y un código penal?
4. ¿Por qué piensa que el derecho para la mujer fue limitado?
5. ¿Qué ventajas y desventajas tiene el código penal napoleónico (el acusado es inocente hasta tanto se le compruebe su culpabilidad) sobre el sistema anglosajón (el acusado es culpable hasta tanto compruebe su inocencia)?
6. ¿Por qué es importante que haya libertad de cultos en un país?
7. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de tener un gobierno en el que no mande la religión?
8. ¿ Debe el individuo vivir en función del Estado (es decir, para servirle y ser una ficha más dentro del andamiaje de la sociedad) o debe el Estado existir para el bien del individuo? Sustente su respuesta con argumentos teóricos o tomados de la vida real.
Evaluación
Los estudiantes deberán desarrollar las preguntas enunciadas en ejercicios propuestos.
Bibliografía
A continuación encontraras material de apoyo sobre la emancipación latinoamericana, que nos permiten desarrollar el tema sobre la emancipación hispanoaméricana, donde encontraremos, contexto, antecedentes del proceso independentista, fundamentos, formación de los estados hispanoamericanos, desarrollo del conflicto, territorios y consecuencias.
https://es.wikipedia.org/wiki/Emancipaci%C3%B3n_de_Hispanoam%C3%A9rica
https://es.wikipedia.org/wiki/Guerras_de_independencia_hispanoamericanas
BIBLIOGRAFÍA SEGUNDA CLASE
Beck, Roger et.al. (2012). World History: Patterns of Interaction. Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company. U.S.A. Real Academia Española. www.rae.es. Consultado el 4 de octubre de 2016.
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132 | MORENO LOPEZ VALERY | 2020-09-30 10:41:44 | 2020-09-30 10:41:44 | 1 | 2020 | Propósito | |
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132 | MURILLO DUARTE ASLY ALEJANDRA | 2020-08-25 14:18:07 | 2020-08-25 14:18:09 | 2 | 2020 | Evaluación | |
132 | MURILLO DUARTE ASLY ALEJANDRA | 2020-08-25 14:17:59 | 2020-08-25 14:18:06 | 2 | 2020 | Bibliografía | |
132 | MURILLO DUARTE ASLY ALEJANDRA | 2020-08-25 14:17:57 | 2020-08-25 14:17:58 | 2 | 2020 | Tarea |