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Actualizar Secuencia Didactica: 6842
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CLEI I
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CLEI III
CLEI IV
CLEI V
CLEI VI
Tema
Fecha de inicio
Fecha de finalización
Propósito
<p><strong>GUÍA # 3 - II PERIODO</strong><br></p><p>LEER Y COMPRENDER EL SENTIDO GLOBAL DE LOS TEXTOS QUE LEE</p>
Motivación
<p><strong>¿HAS ESTADO EN UN ZOOLOGICO?</strong><br></p><p><strong>ESCRIBE TU EXPERIENCIA EN EL CUADERNO PARARA COMENTARLA EN CLASE CON LA DOCENTE</strong></p>
Explicación
<p>REALIZA LA LECTURA DEL TEXTO QUE A CONTINUACIÓN SE PRESENTA Y DESARROLLA LAS ACTIVIDADES QUE SE ENCUENTRAN EN EVALUACIÓN EN HOJAS BLOCK</p>
Ejercicios
<p><b>LA TORTUGA GIGANTE</b></p><p><b>AUTOR: HORACIO QUIROGA</b></p><p><b></b></p><p>Había una vez un hombre que vivía en Buenos Aires, y estaba muy contento porque era un hombre sano y trabajador. Pero un día se enfermó, y los médicos le dijeron que solamente yéndose al campo podría curarse. Él no quería ir, porque tenía hermanos chicos a quienes daba de comer; y se enfermaba cada día más. Hasta que un amigo suyo, que era director del Zoológico, le dijo un día:<br> —Usted es amigo mío, y es un hombre bueno y trabajador. Por eso quiero que se vaya a vivir al monte, a hace mucho ejercicio al aire libre para curarse. Y como usted tiene mucha puntería con la escopeta, cace bichos del monte para traerme los cueros, y yo le daré plata adelantada para que sus hermanitos puedan comer bien.<br> El hombre enfermo aceptó, y se fue a vivir al monte, lejos, más lejos que Misiones todavía. Hacía allá mucho calor, y eso le hacía bien.<br> Vivía solo en el bosque, y él mismo se cocinaba. Comía pájaros y bichos del monte, que cazaba con la escopeta, y después comía frutos. Dormía bajo los árboles, y cuando hacía mal tiempo construía en cinco minutos una ramada con hojas de palmera, y allí pasaba sentado y fumando, muy contento en medio del bosque que bramaba con el viento y la lluvia.<br> Había hecho un atado con los cueros de los animales, y lo llevaba al hombro. Había también agarrado vivas muchas víboras venenosas, y las llevaba dentro de un gran mate, porque allá hay mates tan grandes como una lata de kerosene.<br> El hombre tenía otra vez buen color, estaba fuerte y tenía apetito. Precisamente un día que tenía mucha hambre, porque hacía dos días que no cazaba nada, vio a la orilla de una gran laguna un tigre enorme que quería comer una tortuga, y la ponía parada de canto para meter dentro una pata y sacar la carne con las uñas. Al ver al hombre el tigre lanzó un rugido espantoso y se lanzó de un salto sobre él. Pero el cazador, que tenía una gran puntería, le apuntó entre los dos ojos, y le rompió la cabeza. Después le sacó el cuero, tan grande que él solo podría servir de alfombra para un cuarto.<br> —Ahora —se dijo el hombre—, voy a comer tortuga, que es una carne muy rica.<br> Pero cuando se acercó a la tortuga, vio que estaba ya herida, y tenía la cabeza casi separada del cuello, y la cabeza colgaba casi de dos o tres hilos de carne.<br> A pesar del hambre que sentía, el hombre tuvo lástima de la pobre tortuga, y la llevó arrastrando con una soga hasta su ramada y le vendó la cabeza con tiras de género que sacó de su camisa, porque no tenía más que una sola camisa, y no tenía trapos. La había llevado arrastrando porque la tortuga era inmensa, tan alta como una silla, y pesaba como un hombre.</p><p><br> La tortuga quedó arrimada a un rincón, y allí pasó días y días sin moverse.<br> El hombre la curaba todos los días, y después le daba golpecitos con la mano sobre el lomo.<br> La tortuga sanó por fin. Pero entonces fue el hombre quien se enfermó. Tuvo fiebre, y le dolía todo el cuerpo.<br> Después no pudo levantarse más. La fiebre aumentaba siempre, y la garganta le quemaba de tanta sed. El hombre comprendió entonces que estaba gravemente enfermo, y habló en voz alta, aunque estaba solo, porque tenía mucha fiebre.<br> —Voy a morir —dijo el hombre—. Estoy solo, ya no puedo levantarme más, y no tengo quien me dé agua, siquiera. Voy a morir aquí de hambre y de sed.<br> Y al poco rato la fiebre subió más aún, y perdió el conocimiento.<br> Pero la tortuga lo había oído, y entendió lo que el cazador decía. Y ella pensó entonces:<br> —El hombre no me comió la otra vez, aunque tenía mucha hambre, y me curó. Yo le voy a curar a él ahora.<br> Fue entonces a la laguna, buscó una cáscara de tortuga chiquita, y después de limpiarla bien con arena y ceniza la llenó de agua y le dio de beber al hombre, que estaba tendido sobre su manta y se moría de sed. Se puso a buscar enseguida raíces ricas y <b><u>yuyitos </u></b>tiernos, que le llevó al hombre para que comiera. El hombre comía sin darse cuenta de quién le daba la comida, porque tenía delirio con la fiebre y no conocía a nadie.<br> Todas las mañanas, la tortuga recorría el monte buscando raíces cada vez más ricas para darle al hombre, y sentía no poder subirse a los árboles para llevarle frutas.<br> El cazador comió así días y días sin saber quién le daba la comida, y un día recobró el conocimiento. Miró a todos lados, y vio que estaba solo, pues allí no había más que él y la tortuga, que era un animal. Y dijo otra vez en voz alta:<br> —Estoy solo en el bosque, la fiebre va a volver de nuevo, y voy a morir aquí, porque solamente en Buenos Aires hay remedios para curarme. Pero nunca podré ir, y voy a morir aquí.</p><p><br> Pero también esta vez la tortuga lo había oído, y se dijo:<br> —Si queda aquí en el monte se va a morir, porque no hay remedios, y tengo que llevarlo a Buenos Aires.<br> Dicho esto, cortó enredaderas finas y fuertes, que son como piolas, acostó con mucho cuidado al hombre encima de su lomo, y lo sujetó bien con las enredaderas para que no se cayese. Hizo muchas pruebas para acomodar bien la escopeta, los cueros y el mate con víboras, y al fin consiguió lo que quería, sin molestar al cazador, y emprendió entonces el viaje.<br> La tortuga, cargada así, caminó, caminó y caminó de día y de noche. Atravesó montes, campos, cruzó a nado ríos de una legua de ancho, y atravesó pantanos en que quedaba casi enterrada, siempre con el hombre moribundo encima. Después de ocho o diez horas de caminar, se detenía, deshacía los nudos, y acostaba al hombre con mucho cuidado, en un lugar donde hubiera pasto bien seco.<br> Iba entonces a buscar agua y raíces tiernas, y le daba al hombre enfermo. Ella comía también, aunque estaba tan cansada que prefería dormir.<br> A veces tenía que caminar al sol; y como era verano, el cazador tenía tanta fiebre que deliraba y se moría de sed. Gritaba: ¡agua!, ¡agua!, a cada rato. Y cada vez la tortuga tenía que darle de beber.</p><p><br> Así anduvo días y días, semana tras semana. Cada vez estaban más cerca de Buenos Aires, pero también cada día la tortuga se iba debilitando, cada día tenía menos fuerza, aunque ella no se quejaba. A veces se quedaba tendida, completamente sin fuerzas, y el hombre recobraba a medias el conocimiento. Y decía, en voz alta:<br> —Voy a morir, estoy cada vez más enfermo, y sólo en Buenos Aires me podría curar. Pero voy a morir aquí, solo, en el monte.<br> Él creía que estaba siempre en la<b><u> ramada</u></b>, porque no se daba cuenta de nada. La tortuga se levantaba entonces, y emprendía de nuevo el camino.<br> Pero llegó un día, un atardecer, en que la pobre tortuga no pudo más. Había llegado al límite de sus fuerzas, y no podía más. No había comido desde hacía una semana para llegar más pronto. No tenía más fuerza para nada.<br> Cuando cayó del todo la noche, vio una luz lejana en el horizonte, un resplandor que iluminaba el cielo, y no supo qué era. Se sentía cada vez más débil, y cerró entonces los ojos para morir junto con el cazador, pensando con tristeza que no había podido salvar al hombre que había sido bueno con ella.<br> Y sin embargo, estaba ya en Buenos Aires, y ella no lo sabía. Aquella luz que veía en el cielo era el resplandor de la ciudad, e iba a morir cuando estaba ya al fin de su heroico viaje.<br> Pero un ratón de la ciudad —posiblemente el ratoncito Pérez— encontró a los dos viajeros moribundos.<br> —¡Qué tortuga! —dijo el ratón—. Nunca he visto una tortuga tan grande. ¿Y eso que llevas en el lomo, qué es? ¿Es leña?<br> —No —le respondió con tristeza la tortuga—. Es un hombre.<br> —¿Y adónde vas con ese hombre? —añadió el curioso ratón.<br> —Voy... voy... Quería ir a Buenos Aires —respondió la pobre tortuga en una voz tan baja que apenas se oía—. Pero vamos a morir aquí, porque nunca llegaré...<br> —¡Ah, zonza, zonza! —dijo riendo el ratoncito—. ¡Nunca vi una tortuga más zonza! ¡Si ya has llegado a Buenos Aires! Esa luz que ves allá, es Buenos Aires.<br> Al oír esto, la tortuga se sintió con una fuerza inmensa, porque aún tenía tiempo de salvar al cazador, y emprendió la marcha.<br> Y cuando era de madrugada todavía, el director del Jardín Zoológico vio llegar a una tortuga embarrada y sumamente flaca, que traía acostado en su lomo y atado con enredaderas, para que no se cayera, a un hombre que se estaba muriendo. El director reconoció a su amigo, y él mismo fue corriendo a buscar remedios, con los que el cazador se curó enseguida.<br> Cuando el cazador supo cómo lo había salvado la tortuga, cómo había hecho un viaje de trescientas leguas para que tomara remedios, no quiso separarse más de ella. Y como él no podía tenerla en su casa, que era muy chica, el director del Zoológico se comprometió a tenerla en el Jardín, y a cuidarla como si fuera su propia hija.<br> Y así pasó. La tortuga, feliz y contenta con el cariño que le tienen, pasea por todo el jardín, y es la misma gran tortuga que vemos todos los días comiendo el pastito alrededor de las jaulas de los monos.</p>
Evidencia
Evaluación
<p><b>GUÍA # 3 - LECTURA CRÍTICA</b></p><p><b>ESTUDIANTE: ____________________________________ GRADO: ____________</b><span></span></p><p><b>TITULO: </b></p><p><b>AUTOR:</b></p><p><b>PROPÓSITO: (CUAL ES LA INTENCIÓN DEL TEXTO)</b></p> <ul><li><strong>-</strong><b>CONSULTA LAS PALABRAS DESCONOCIDAS (CONSULTAR EL SIGNIFICADO DE MÍNIMO 10 PALABRAS)</b></li> <li><strong>-</strong><b>ESCRIBE LAS PALABRAS CLAVE DEL CUENTO ANTERIOR (ESCRIBIR MÍNIMO 10 PALABRAS QUE LE DAN MUCHO SENTIDO AL TEXTO)</b></li></ul> <p><b>RESPONDE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:</b></p><p><b></b></p><p><b>RECUERDEN COPIAR CADA PREGUNTA Y LUEGO RESPONDER</b></p> <ul><li>1-¿Por qué el hombre fue a vivir al monte?</li> <li><br> 2- Qué hizo el hombre por la tortuga y qué hizo la tortuga por el hombre.<br> <br> 3- En estos cuentos, los animales poseen cualidades propias de un hombre o realizan acciones que solo pueden hacer los humanos. Enumeren las acciones que hace la tortuga que son propias de un ser humano.<br> <br> 4-¿Qué habría pasado si el ratón no hubiese aparecido? Inventen otro final para el cuento.<br> <br> 5-Escriban la enseñanza que nos deja esta historia.<br> <br> 6-Escriban una noticia que cuente la hazaña de la tortuga, imaginen que saldrá en un diario y agréguenle un dibujo.<br> <br> 7- ¿Por qué el hombre del relato “La tortuga gigante” debía irse a vivir fuera de la ciudad?<br> <br> 8- ¿Cómo ayudó la tortuga al hombre?<br> <br> 9- ¿Estuvo correcto lo que hizo el hombre por la tortuga? ¿Por qué?<br> <br> 10- ¿Estuvo bien lo que hizo el cazador al matar al tigre?<br> <br> 11- ¿Qué le hubiera ocurrido al hombre si la tortuga no lo ayuda y viceversa?<br> <br> 12- ¿Qué habría pasado si el cazador falla el disparo?<br> <br> 13- ¿Qué personajes participarán en el relato? <br> 14- ¿Dónde vivirá la tortuga del cuento? <br> 15- ¿Cómo surgió la amistad entre el hombre y la tortuga? <br> 16- ¿Qué significan las palabras subrayadas?</li></ul> 17- ELABORA DIBUJO REPRESENTATIVOA DEL CUENTO<br>
Bibliografía
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